Marlene Engelhorn: La Heredera que Decide Donar su Fortuna
En un gesto poco habitual dentro del mundo de las grandes fortunas, Marlene Engelhorn, una joven heredera de 31 años, ha decidido no acumular la riqueza que le corresponde por herencia. En lugar de ello, opta por repartir su fortuna y devolver parte del dinero heredado a la sociedad. Esta decisión resalta su compromiso con la justicia social y la equidad.

La Herencia de Marlene Engelhorn
Marlene es descendiente del fundador de la gigante química alemana BASF. En 2022, tras la muerte de su abuela, recibió una porción importante de una fortuna valuada en más de 4.000 millones de dólares. Sin embargo, a diferencia de otros herederos, Marlene ha criticado el sistema que permite acumular riquezas sin contribuir adecuadamente a la sociedad mediante impuestos. En Austria, el impuesto a las herencias fue eliminado en 2008, lo que le permitió heredar sin límites, algo que ella considera una falla del Estado.
El Proyecto de Redistribución
Decidida a hacer algo distinto, Marlene lanzó una iniciativa conocida como Buen Consejo para la Redistribución. Su propuesta es seleccionar de forma aleatoria a 50 personas residentes en Austria para que decidan cómo distribuir 25 millones de euros de su fortuna. Esta propuesta busca involucrar a la comunidad en la toma de decisiones sobre cómo utilizar su herencia de manera efectiva.
Para formar este grupo, se enviaron 10.000 invitaciones a ciudadanos mayores de 16 años en todo el país. Aquellos que acepten participar asistirán a reuniones en Salzburgo, donde contarán con el apoyo de expertos y representantes de organizaciones civiles. Además, se garantizará la accesibilidad y se ofrecerá un pago de 1.300 dólares por fin de semana a cada integrante del consejo.
Compromiso con la Comunidad
Marlene ha dejado claro que no tendrá poder de veto sobre las decisiones del grupo y que se compromete a respetar el consenso alcanzado. En caso de no llegar a un acuerdo, el dinero volvería a su patrimonio. La joven heredera ya había expresado su deseo de donar al menos el 90% de su herencia, argumentando que no hizo nada para merecerla y que es injusto que otros luchan por sobrevivir mientras unos pocos reciben millones por azar.
La historia de Marlene Engelhorn no solo es un ejemplo de altruismo, sino que también invita a una reflexión profunda sobre la distribución de la riqueza y la responsabilidad social de quienes tienen grandes fortunas. Su iniciativa podría inspirar a otros a seguir un camino similar, promoviendo una mayor equidad y justicia en la sociedad.